21 Mar
Producto
Alimentos para el confinamiento: fresa
Queremos ayudaros a hacer una compra fresca saludable y que se adapte al máximo a las restricciones de movimiento de estos dias tan complicados. Por eso os proponemos productos que, por la durabilidad, la versatilidad y la temporalidad, pueden facilitaros un poco la vida, tanto si sois unos cracs de los fogones como si no.
Hoy os proponemos la fresa, una fruta con una gran acción antioxidante, porque lleva vitamina C i antocianos, unos pigmentos naturales. Su consumo mejora la circulación de la sangre, las articulaciones y la piel y reduce y puede llegar a bloquear el colesterol malo. A pesar de eso, tiene el inconveniente de que puede provocar alergia a personas que lo sean al ácido acetilsalicílico.
Para disfrutarlas con todas las cualidades, las manipularemos lo mínimo posible y evitaremos que les toque el calor. Para que no pierdan su zumo, no las lavaremos ni les cortaremos el rabo hasta justo antes de comerlas. Per si lo que queremos es el efecto contrario, además de lavarlas y cortarles el rabo, las pondremos a macerar con azúcar.
Una vez compradas, se conservarán mejor si las colocamos en un lugar fresco, oscuro y ventilado y separadas unas de otras. Si las guardamos en la nevera, que sea tapadas con un papel film de plástico, pero sin que las toque.
La mejor forma de comerlas es al natural. También es muy habitual añadirles un chorrito de vino dulce o un poco de nata o crema de chocolate. Además, las podemos incorporar a pasteles, batidos o hacer helado. Si no las vamos a comer en seguida, la elaboración de mermeladas y confituras nos permitirá alargar su duración.
Hoy os proponemos la fresa, una fruta con una gran acción antioxidante, porque lleva vitamina C i antocianos, unos pigmentos naturales. Su consumo mejora la circulación de la sangre, las articulaciones y la piel y reduce y puede llegar a bloquear el colesterol malo. A pesar de eso, tiene el inconveniente de que puede provocar alergia a personas que lo sean al ácido acetilsalicílico.
Para disfrutarlas con todas las cualidades, las manipularemos lo mínimo posible y evitaremos que les toque el calor. Para que no pierdan su zumo, no las lavaremos ni les cortaremos el rabo hasta justo antes de comerlas. Per si lo que queremos es el efecto contrario, además de lavarlas y cortarles el rabo, las pondremos a macerar con azúcar.
Una vez compradas, se conservarán mejor si las colocamos en un lugar fresco, oscuro y ventilado y separadas unas de otras. Si las guardamos en la nevera, que sea tapadas con un papel film de plástico, pero sin que las toque.
La mejor forma de comerlas es al natural. También es muy habitual añadirles un chorrito de vino dulce o un poco de nata o crema de chocolate. Además, las podemos incorporar a pasteles, batidos o hacer helado. Si no las vamos a comer en seguida, la elaboración de mermeladas y confituras nos permitirá alargar su duración.