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Actualidad

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08 Abr
Producto

Alimentos para el confinamiento: huevo

Queremos ayudaros a hacer una compra fresca saludable y que se adapte al máximo a las restricciones de movimiento de estos dias tan complicados. Por eso os proponemos productos que, por la durabilidad, la versatilidad y la temporalidad, pueden facilitaros un poco la vida, tanto si sois unos cracs de los fogones como si no.

Hoy os proponemos el huevo, un alimento completo por sus propiedades: la clara contiene proteínas de alto valor biològico y agua, mientras que la yema tiene grasas, proteínas, minerales y vitaminas. El 65 por ciento de estas grasas son insaturadas, o sea buenas para la salud cardiovascular. Tiene pocas calorias y sí que tiene colesterol, pero los estudios indican que su consumo no comporta riesgo cardiovascular en personas sanas. Y también que calorías y colesterol aumentan en función de la cocción que les damos y, en especial, del resto de nuestra dieta.

En cuánto a los minerales, podemos destacar el fósforo, zinc, hierro, yodo y selenio. Tiene casi todas la vitaminas, en especial la D, necesaria para fijar el calcio de los huesos, y muy útil en estos momentos en que no podemos disfrutar del sol tanto como querríamos.

En el mercado los encontraremos siempre frescos, pero para conservarlos en casa hay que ponerlos en la nevera. Y no en la puerta, en esos recipientes en forma de huevera que llevan muchas neveras, sinó en el interior, ya que en la puerta, al abrirla y cerrarla a menudo, les provocamos cambios de temperatura que los pueden estropear. La mejor forma de colocarlos en la huevera es con la parte puntiaguda hacia abajo. Sabremos si no son frescos cuando, al sumergirlos en agua con sal, flotan o cuando, una vez abiertos, no tienen la yema redondeada y la clara densa. Aunque no es necesario, hay personas que prefieren limpiarles la cáscara, que funciona como una barrera natural de protección del contenido. Si sois de los que lo hacen, recordad hacerlo con un paño seco, nunca con agua.

Muy versátiles en la cocina, aunque la forma más habitual de comerlos es solos –en tortilla, fritos, revueltos, hervidos, pasados por agua, al vapor, escalfados..-, también forman parte de salsas, quiches, soufflés i de gran parte de la reposteria.