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Actualidad

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02 May
Producto

Alimentos para el confinamiento: pollo

Queremos ayudaros a hacer una compra fresca saludable y que se adapte al máximo a las restricciones de movimiento de estos dias tan complicados. Por eso os proponemos productos que, por la durabilidad, la versatilidad y la temporalidad, pueden facilitaros un poco la vida, tanto si sois unos cracs de los fogones como si no.

Hoy os proponemos el pollo, ave doméstica muy habitual en el mercado, donde podemos encontrar además gallinas (hembras adultas), pulardas (hembras que no se han dejado reproducir y han sido engordadas) y capones (machos capados y engordados). Las condiciones de cría y alimentación también diferencian estos animales entre pollos ecológicos, los de payés criados al aire libre pero sin alimentación ecológica y los convencionales, que se crían mediante sistemas intensivos de producción. Además, en el territorio catalán existen dos IGP (Indicación Geográfica Protegida), el Gall del Penedès y los Pollastres i Capons del Prat.

En el aspecto nutricional, la carne de pollo se considera carne blanca, más fácil de digerir ya que tiene menos contenido de grasa que la roja. Contiene un 70 % de agua, un 20 % de proteínas de alta calidad y un 10 % de grasas –que se concentran más en los muslos, de manera que la pechuga es mucho más magra-, aunque tiene el colesterol un poco elevado. Entre las vitaminas, destacan las del grupo B y en cuánto a los minerales, el hierro, el fósforo y el zinc. Alimento con grandes posibilidades en la cocina, se puede preparar de muchas maneras, desde la plancha hasta guisado o asado. Además se aprovecha todo, ya que carcasas y casquería sirven para enriquecer los caldos, y con los restos, tanto crudos como cocidos, podemos preparar otros platos como croquetas o canelones.

Cuando lo compremos, nos fijaremos en que la piel esté entera, húmeda y no tenga manchas de color; la carne debe ser blanca o amarillenta, no debe tener restos de plumas ni un tacto pegajoso y no debe oler mal. Una vez en casa, rápido a la nevera, donde la podemos conservar 2-3 dias. Admite bien la congelación, pero recordemos que cuando la descongelemos debemos hacerlo en la nevera, y mejor que la comamos el mismo día en que se haya descongelado.