Si la comparamos con otras verduras y hortalizas, la berenjena contiene poca cantidad de fibra y de vitaminas. Con un 9 2% de agua, tiene un bajo contenido de proteínas e hidratos de carbono y nada de grasa. Entre las vitaminas, tiene A, C y B9, que participa en la producción de glóbulos rojos y blancos. Y en cuanto a los minerales, lleva potasio, imprescindible para tener una actividad muscular normal, y calcio.

A pesar de la baja cantidad de este tipo de nutrientes, la berenjena tiene antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento, los problemas cardíacos y vasculares y las enfermedades degenerativas.

A la hora de comprarlas, y para saber si están maduras, presionar la piel suavemente con el dedo y, si queda marca, está madura. La piel no debe tener manchas, arrugas y zonas oscuras, sinó ser firme y brillante. Se debe guardar en la nevera hasta el momento de consumirla y separada de otras frutas y verduras, ya que el etileno que producen otras verduras la estropea.

Además de usos culinarios, tradicionalmente esta hortaliza se ha usado para tratar verrugas y para aliviar las quemaduras solares, a base de machacar su pulpa.