15 May
Producto
Alimentos para el confinamiento: rábano
Queremos ayudaros a hacer una compra fresca saludable y que se adapte al máximo a las restricciones de movimiento de estos dias tan complicados. Por eso os proponemos productos que, por la durabilidad, la versatilidad y la temporalidad, pueden facilitaros un poco la vida, tanto si sois unos cracs de los fogones como si no.
Hoy os proponemos el rábano, ‘raiz’ picante de la planta del mismo nombre, con variedades de varias formas: esféricas, cónicas, cilíndricas y ovaladas. Recubierto de una piel también con diversidad de colores –roja, blanca como el daikon japonés, negra o roja y blanca, aunque el más frecuente es el rojo- y con el interior blanco, a excepción de algunas variedades asiáticas, que lo tienen rosado. En funció de su época de cultivo también los podemos clasificar como de primavera –con forma esférica y tamaño no muy grande-, de verano –con forma más alargada y más grandes que los de primavera-, y de otoño, más grandes que los anteriores y que, a diferencia de los mismos, se acostumbran a cocinar antes de comer.
De la família de las crucíferas, como la col, el brócoli, la colifor o el nabo, tiene efectos antioxidantes por sus compuestos de azufre, hidratos de carbono, fibra y pocas calorías. Generalmente se come crudo, como aperitivo o en ensaladas, bocadillos y otras elaboraciones. Su sabor variará en función de la variedad, però los más suaves son los pequeños y alargados de color rojo y blanco. En primavera y verano se cultivan al aire libre –por eso la mejor época para comerlos va de mayo a julio- y durante el resto del año en invernaderos.
Cuando los compremos, escojamos mejor los de tamaño medio –que tienen una consistencia menos fibrosa-, que sean carnosos, firmes, de color intenso y piel suave, entera y sin cortes o golpes, y descartemos los que sean muy grandes, estén blandos o tengan el cuello amarillento. Una vez en casa, los podemos conservar en la nevera, dentro de una bolsa con agujeros para que respiren y sin arrancarle o cortarle las hojas, durante unos 15 dias.
Hoy os proponemos el rábano, ‘raiz’ picante de la planta del mismo nombre, con variedades de varias formas: esféricas, cónicas, cilíndricas y ovaladas. Recubierto de una piel también con diversidad de colores –roja, blanca como el daikon japonés, negra o roja y blanca, aunque el más frecuente es el rojo- y con el interior blanco, a excepción de algunas variedades asiáticas, que lo tienen rosado. En funció de su época de cultivo también los podemos clasificar como de primavera –con forma esférica y tamaño no muy grande-, de verano –con forma más alargada y más grandes que los de primavera-, y de otoño, más grandes que los anteriores y que, a diferencia de los mismos, se acostumbran a cocinar antes de comer.
De la família de las crucíferas, como la col, el brócoli, la colifor o el nabo, tiene efectos antioxidantes por sus compuestos de azufre, hidratos de carbono, fibra y pocas calorías. Generalmente se come crudo, como aperitivo o en ensaladas, bocadillos y otras elaboraciones. Su sabor variará en función de la variedad, però los más suaves son los pequeños y alargados de color rojo y blanco. En primavera y verano se cultivan al aire libre –por eso la mejor época para comerlos va de mayo a julio- y durante el resto del año en invernaderos.
Cuando los compremos, escojamos mejor los de tamaño medio –que tienen una consistencia menos fibrosa-, que sean carnosos, firmes, de color intenso y piel suave, entera y sin cortes o golpes, y descartemos los que sean muy grandes, estén blandos o tengan el cuello amarillento. Una vez en casa, los podemos conservar en la nevera, dentro de una bolsa con agujeros para que respiren y sin arrancarle o cortarle las hojas, durante unos 15 dias.