A esta y muchas más preguntas nos hemos acercado en el ‘Cara a cara’ de El Periódico de Cataluña de la mano de la periodista María Jesús Ibáñez. 

Y es que, en un momento en el que el sector agrario está más reivindicativo que nunca, con protestas que este mes han cortado carreteras en prácticamente todo el país, la preocupación por lo que comemos cobra cada vez más relevancia. 

¿Elegimos bien los alimentos que compramos?, ¿Cómo ayuda consumir productos de temporada a los agricultores?, y ¿Cómo incide también en nuestra salud y en nuestros bolsillos?

Durante la charla, se ha remarcado la importancia de consumir cinco piezas de fruta y verdura al día, legumbres, elegir productos de temporada - esta semana, por ejemplo, es la ideal para consumir guisantes y habas-. Y es que “comer es una cuestión de salud, pero también de sostenibilidad y de apoyo a todos esos payeses que se están manifestando”.  

En los últimos veinte años, el cultivo directo de la tierra y la horticultura han tenido una caída en picado. Por ejemplo, en el Parc Agrari del Baix Llobregat ha perdido a un 80% de los productores. El sector tiene cada vez menos incidencia en el PIB catalán, y existe menos relevo generacional. 

En este sentido, se ha tomado como ejemplo una gran iniciativa de Mercabarna - el mayor mercado de frutas y verduras de toda Europa -: la apertura de un espacio para que los payeses puedan vender directamente su producto sin intermediarios a cocineros y restaurantes.  En la Fundación Espigoladors también llevan a cabo un gran trabajo para evitar el desperdicio alimentario, con proyectos que van desde la recogida de productos que han quedado en el campo hasta la creación de la marca Es-Imperfect - con mermeladas, compotas, purés… hechos a partir de productos que hubieran sido rechazados por la industria por no cumplir los cánones estéticos-. También se han dado a conocer los bancos de tierras impulsados por la Diputación de Barcelona: tierras que payeses que se están jubilando ceden a nuevas personas para que puedan cultivarlas. 

Los consumidores están marcados por el frenético ritmo de vida que han cambiado los hábitos de compra, como realizar la compra tan solo en supermercados u optar por comida preparada. Por eso, es importante conocer el origen de aquello que comemos y saber leer bien las etiquetas de los productos. Por ejemplo, comprar fruta y verdura a granel de proximidad ayuda a reducir la huella de carbono, el uso de plásticos y a minimizar el despilfarro alimentario. 

Finalmente, se ha remarcado la importancia de dignificar el papel de los productores en la cadena alimentaria: si ellos no producen, nosotros no comemos. “Apelo a que sepamos lo que compramos y lo que comemos, con esta conciencia, porque tenemos a un sector potente detrás que depende de nosotros”, ha remarcado Ibáñez.

El acto ha contado con la colaboración de la DO Penedès, Fritz Ravich y Quesos Muntanyola.