Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación. Más información Aceptar

Actualidad

< Volver al listado
24 Abr
Producto

Alimentos para el confinamiento: ternera

Queremos ayudaros a hacer una compra fresca saludable y que se adapte al máximo a las restricciones de movimiento de estos dias tan complicados. Por eso os proponemos productos que, por la durabilidad, la versatilidad y la temporalidad, pueden facilitaros un poco la vida, tanto si sois unos cracs de los fogones como si no.

Hoy os proponemos la ternera, una carne con mala prensa en los últimos años por su contenido de grasas saturadas y colesterol, pero que no deberíamos eliminar de nuestra dieta sinó consumirla de manera moderada. Ya que es una fuente importante de proteína, necesaria para la regeneración celular, proporciona hierro fácil de asimilar, que ayuda al buen funcionamiento del cerebro y el sistema immunitario, y es rica en vitamina B12, esencial para la creación de glóbulos rojos. En cuánto a minerales, además de hierro, aporta también potasio, magnesio, calcio y zinc. La ración más adequada estaría alrededor de los 100 gramos, cantidad que nos aporta 20-30 gramos de proteínas, 70 de agua, 2,9 de grasa y 0,07 de colesterol.

Los mejores cortes de la ternera provienen de las piernas y el lomo, aunque las vísceras también son muy valoradas. Algunos de los cortes más comunes son la aguja, muy adecuada para guisos y estofados; el pez, perfecto para asar, guisar o rellenar; la culata de contra, que va muy bien para filetes, brochetas o un buen guisado; la cadera, ideal para asar; los lomos, alto y bajo, que son los típicos entrecots de toda la vida; el solomillo, el más tierno de todos y con menor cantidad de grasa; el costillar, para barbacoas o al horno; la llana, muy adecuadda para ragús y steak tartars, y el pescuezo, el rabo o el pecho, buenas opcioneos para preparar un caldo.

La podemos preparar asada, es decir al horno, a temperatura media-baja y durante un período largo de tiempo. En este caso escogeremos piezas de temaño medio o grande y formas regulares como el lomo, el pez o la aleta. Si la queremos preparar a la plancha o frita, escogeremos lomo o solomillo, mientras que para guisos y estofados, mejor la parte más rica en tejido conjuntivo, ya que la cocción lenta con agua convierte el colágeno en gelatina y nos queda melosa y tierna. También se puede picar, pero en este caso es preferible que se haga en el momento de la compra y no guardarla más de 24 horas en la nevera sin cocinarla.